lunes, 28 de enero de 2008

Heavy Metal Nena

Porque somos heavy metal nena.
Vasos rotos y vino derramado, nada, absolutamente nada puede preocuparme
Cuando te hago reír.
Juegos, juegos de nombres, actos que fallan.
Nunca confesé cómo me olvido de las personas.
-¿Nunca?-
No tengo armas pero puedo escribir palabras que matan.
Te observo con ese paisaje (detrás) que se derrite y me congelo.
Me petrifico en la silla porque hasta escribir me da miedo.
(¿De qué?)
No sé.
Pienso, diagramo, calculo, nada de eso funciona a la hora del impulso.
Cuando descubrieron América vos no estabas.
Pero ahora que estás, yo descubrí un nuevo continente.
Uno con curvas en el camino que invitan a llegar hasta el final (del juego).
Uno con curvas en el camino que invitan a llegar hasta el final (del cuerpo).
Cuando las (desesperantes) coincidencias nos indican que a veces con un corazón tan grande no podemos lograr lo que queremos.
(Is that your heart?)
(That’s my problem)
Pero los problemas no vienen hacia mí.
Yo voy hacia ellos.
Y me encanta.
-Excepto-

jueves, 24 de enero de 2008

Lago Lacar (mientras caminaba hacia la pregunta)

Cuánto más quieta podés quedarte mirando el río correr a tu lado.

¿Alguna vez volverías a decirme que sí?

Cuántos “no” pensás responder(te) por el bien de un “sí” tan vacío que ni respira.

Hoy quería decirte que si te vas con Ella me muero.

(Y esa expresión tiene por el momento doble receptor; hela aquí la honestidad brutal)

Si un segundo del día (o de la noche) puede remitirnos a un año,

Si un beso puede remitirnos a un amor cuya muerte se asumió,

Si el final de una conversación puede dejarnos sin dormir,

¿Alguna vez volverías a decirme que sí?

Hoy quería preguntarte si sos feliz.

Si “toda su vida fue una concha” de epitafio todavía me hace reír.

Si a veces leo las palabras que escribiste un lunes por la tarde, y

(Y ahí es cuando suspiro)

(Y después del suspiro viene una pausa)


y quiero preguntarte si fueron verdaderas

y se que no puedo porque ya lo hice

y en estos casos, una vez es (debe ser) (tiene que ser) suficiente.

Pero un terremoto de impulsos invade mi asiento y Necesito salir a buscarte

Con mis pensamientos, con las estrellas y con el viento que quizá te susurre

Te pregunte

¿Alguna vez volverías a decirme que sí?

Hasta el odio y la vergüenza. Hasta el arrepentimiento repentino.

Hasta el odio y la vergüenza. Hasta el convencimiento analfabeto,

Sin la lógica de la verdad y plagada de falacias sin perdón.

Por eso es un susurro, y no puedo hablar(te) en voz más alta,

Porque si te vas con Ella me muero (y aún continúa el doble receptor)

Aunque en realidad no es que muera por Ella, ni por Vos.

Porque toda esta verdad será una gran mentira, si nunca llego a poder pedirte perdón.

Aunque en realidad no es que muera por nadie

Sino por Su amor

(Y esa última frase, malgastando y retorciendo a mis sentimientos, tiene doble receptor).