martes, 29 de julio de 2008

Despertate

Mirando el techo de tu habitación, como si fuera una pantalla de cine a través de la cual ves reflejados los sueños que acumulaste en dos décadas, te preguntás si a caso todo lo que hacemos en esta vida es por amor. Te hundís en el colchón por el vértigo que significa, para alguien cuyo corazón tiembla con cierta facilidad, imaginarse la respuesta. Tu respuesta. Tu modo de vivir el amor, que no tiene bibliografía ni seminarios que lo enseñen, sino corazones que transitan por el mundo, algunos rotos, otros enteros, acobardados para siempre o jamás silenciados.
¿Y cómo es tu corazón? Cuántas reconstrucciones de lo que fue y se murió, cuántas palpitaciones por minuto ante Su intimidación, cuánta humillación y cuánto orgullo hay en tu corazón.
Apagás la luz y el techo de tu cuarto se vuelve ahora un cielo en tempestad, luchás entre olas de sombras para llegar a divisar quién espera en la otra orilla. ¿Alguien (te) espera, en la otra orilla?
¿El amor espera? ¿En invierno también? Te hundís, otra vez.
Cuando querés salir a la superficie y gritar, lo único que sabés hacer es hundirte en esos pensamientos superfluos que no te sacan del perímetro de tu cama y arraigan dudas.
Te hundís en tu colchón de dubitaciones, y es muy cómdo, pero de nada sirve.

lunes, 28 de julio de 2008

Curvas nuevas

Ayer no hubo siesta, pero mis pensamientos nocturnos se encargaron de no permitirme conciliar el sueño tan fácilmente. Daba vueltas a la par de mi tímida imaginación que no paraba de viajar por sus manos y sus ojos, por sus palabras que caían a través de mi estómago por un tobogán que terminaba, casi lastimosamente, en la miedosa sonrisa con la que probablemente me dormí. Ayer mis ojos parecían comenzar a abandonar su involuntaria función de llorar por quien nunca entendió mis palabras; mis ojos, ahora, buscaban la apertura ideal para contemplar un camino de curvas nuevas. Me arrastran, las curvas, tan linda, ella. Y que sea lo que sea*.

*J. Drexler

miércoles, 23 de julio de 2008

La pasión que no se vende

Llegué puntual al primer entrenamiento y un poco nerviosa, no estaba segura de la recuperación de mi lesión y temía volver a lastimarme. Mis compañeras me informan que era época de pretemporada: correr, correr y correr, hasta alcanzar a los autos que ves pasar por la autopista. Pero nada podía impedir que mi adrenalina se siguiera potenciando en cada paso hacia el campo de deportes ni borrar la sonrisa de mi cara. Volvía a jugar, ¡después de dos meses!
Al principio el preparador decretó 20 minutos de trote, hice 12, y luego corridas intermitentes hasta completar los 20, (los dos meses de inactividad no vinieron solos). Luego dos ejercicios, físicos también, que el profesor adaptó en mi caso para no forzar la zona recuperada de mi pierna. Finalmente, elongar, tomar agua, ¡y a jugar! Los pocos minutos que nos quedaban, corriendo detrás de la pelota, eso que tanto nos gusta.
Para concluir la noche, parada cantada: luego de cambiarnos, cerveza (y/o coca cola) en el bar de ciudad. Muy acorde al espíritu futbolístico, claro, la cerveza.

:)

sábado, 19 de julio de 2008

Paréntesis

Esa puerta sigue abierta, sabemos bien que simplemente la entornamos, hicimos sombra.
Verano en invierno, mis ojos en tu andar, estos días definitivamente rompen con la rutina.
Estos días fracturan la normal disposición del tiempo, hacen renacer al pasado, lo (des)acomodan en el presente, lo sangran un poquito, lo ríen otro tanto, respiran tanto (des)amor.
Regalar una rosa, la primera, tres años atrás. Pero mi vida está plagada de paréntesis y a veces sospecho que aquella flor también lo fue.
Son estas fechas que tienen el perfume de otra época,
es verano en invierno,
son mis ojos en tu andar.

sábado, 12 de julio de 2008

Recordando: Alma ausente

Dos días atrás encontré una caja de objetos que nunca volví a poner en su lugar cuando remodelé mi cuarto. Entre esos objetos había una carpeta con una etiqueta que rezaba "poesía y prosa de Mariana". Me reí, la abrí y vi muchísimas hojas escritas por mí cuando tenía 14 y 15 años. Sonreí. Entre tantas, una me llamó la atención, porque contiene una frase que le había gustado mucho a una amiga en su época de lectora oficial de mis textos recién salidos del horno. Así que paso a compartir, "Alma ausente":

Sus ojos se encienden, sus ojos están
mirando la neblina que no le permite respirar.
Se muerde el labio, pensando en dudar,
dudar o seguir viajando en ese eterno espiral.
No hay prisas hoy en el mundo,
sólo es urgente amar.
Sus manos saben al tacto de las sábanas en soledad,
su risa perdió sonrisa, cuando ríe parece llorar.
Cada vez que camina parece ir dejando su alma un poco atrás.
No hay certezas hoy en el mundo,
sólo es preciso amar.
Su voz llena cualquier espacio, incluso estando en silencio,
porque el cuerpo de su alma ausente aún vive en mi inconsciente.

martes, 8 de julio de 2008

Tatuaje nº 2

Tatuarse.
Un proceso, un sentido personal de lo estético, un ritual. Tatuarse es marcarse.
Los tatuajes saben de significados más allá de la imagen, y nosotros, quienes los llevamos, vivimos esa concepción a flor de piel.
Los tatuajes le otorgan a nuestro extinguible ser la ilusión de portar una característica con fama de eterna, la ilusión de que nuestras marcas permanezcan, de permanecer en nuestras marcas.
Tatuarse causa dolor, te lastima la piel. Puede llegar a ser a caso la materialización más física de la idea que sostiene que para conseguir lo que queremos, a veces tenemos que sufrir.
A veces me pregunto si mis tatuajes encierran períodos de angustia que finalmente vieron la luz.
A veces me pregunto si cuando tenga cuarenta años voy a seguir tan feliz con mis tatuajes.
El hecho está, en caso de que ya no me gusten, en poder asumirlo. En poder entender que a veces lo que queremos no es capaz de hacernos tan feliz como soñamos.

viernes, 4 de julio de 2008

Exit

Si pudiéramos reparar nuestras confusiones y dolencias simplemente a través de la lectura de los genios de la filosofía, tal vez todo sería más fácil. Pero yo no puedo, y además, no me gustan las cosas fáciles.

No quiero tener que trasladarme afuera de la sociedad para poder aprehenderla y superarla.

No quiero, valga la conocida expresión, tener que matarme tantas veces para poder ser yo. Porque yo ya soy, yo siempre fui. Lo único que quiero es poder seguir siendo.

Soy. Ser.

Filosofía filosa.

No se puede vivir escapando por la salida de emergencia. Tengo que aprenderlo.

jueves, 3 de julio de 2008

Divino

Me paro en la esquina de uruguay y el obelisco se nubla. La vida terrenal en la avenida Corrientes se torna por momentos una continuación del cielo, aunque por cierto una muy poco celestial.
La avenida Corrientes se vuelve una cita visual que (me) cuesta tolerar.
Es que a veces no tolero ni a mi propia persona de pies a cabeza, de pensamiento a sentimiento y viceversa.
Quisiera despertarme en mi cama pensando en ese chico que es tan divino y no en esas curvas sinuosas que me encaminan directo al precipicio.
Pero querer ver lo que no és cuadra mejor con esa trama ficcional (por suerte) añejada, y al rato me encuentro viajando otra vez por donde más me gusta, directo al precipicio.