lunes, 18 de agosto de 2008

La idea

Algo cambió ayer. Por primera vez sentí en la piel la idea de tu ausencia, percibí la desesperación en los demás y lloré las lágrimas de quienes me rodeaban por no ser capaz de permitirme la expresión.
Porque te caíste y no te pude agarrar. Porque minutos más tarde no te podía mirar a los ojos ni decirle a mamá que todo iba a salir bien. En cambio, me senté en un sillón a mirar el piso, a mirar mi propio ombligo, sin pronunciar palabra, sin levantar la cabeza.
Algo había hecho cortocircuito en mi interior, por primera vez sentí en la piel la idea de tu ausencia.
Mi primer comentario fue una crítica de tinte político, respecto a la organización de la salud y las obras sociales, del precio que uno paga para tener que esperar una ambulancia media hora cuando la necesita. Yo, criticando políticas, en vez de sentarme a tu lado y darte la mano.
¿Qué (me) pasó en estos veinte años? ¿De qué material me re-construí, que recién fui capaz de desahogarme al cerrar la puerta de casa, en soledad, entre canciones y cigarrillos?
La piedra más débil.
Mañana espero acordarme de cómo sentir.

viernes, 15 de agosto de 2008

(Somos) lo que somos

Somos la causa perdida que más me hace ganar.
Sos la persona con quien no puedo pensarme para la próxima semana, porque no se qué sera de nuestra diplomacia, pero también sos esa con quien me imagino toda la vida.
Somos el silencio más cobarde que se remata con declaraciones salvajes por debajo de las palabras.
Pero somos la causa perdida, permanecemos calladas y la semana que viene no se dónde vas a estar.
Brindemos.

lunes, 4 de agosto de 2008

Luna vos

En la noche, porque es ahí donde habita la Luna, sin disfraz.
Siempre una música diferente, la Luna, canción del Universo.
Punto de encuentro de los enamorados, o de quienes juegan al amor.
Testigo no consicente de promesas que se van al cielo más rápido de lo que juraban.
Puente entre aquellos que están lejos y quieren acercarse, sin ahorrar lágrimas.
La noche, la Luna, la ventana y vos, como una obra de arte retratada en mi retina.
Pero cuántas caras, cuántos lados, ¿Cuántas vueltas le hemos dado?
Para llegar a entender que bajo su realidad, cualquier magia es posible.
Que la Luna y vos, son mi mayor eclipse.

viernes, 1 de agosto de 2008

Grietas

No tengo dudas, Vos no sos mi determinante de ser o no ser. Si en algún momento parecí insinuarlo y te incomodé, me disculpo. Pero estos son días en los que intento llenar huecos. Si bien soy consciente de que ciertas cuestiones arraigadas no van a solcuionarse de ese modo, éste sirve, en parte, para generar un desplazamiento de quien queremos desplazar, aunque lo único que finalmente se desplace sea nuestro ser a su alrededor. Fuiste mi sol, fuiste mi luna, pero ya no quiero girar más, lo tenemos que entender, porque tenemos que dejar de jugar a las escondidas, a la mancha, a que no crecimos, a que no cambiamos. No voy a negar que a veces se me agrieta el corazón sintiendo que siempre te voy a querer y que nunca más te voy a tener en mi cama. No voy a negar que ese sábado, noches atrás, temblé contra tu figura, como una Luna en el agua*. Pero el camino con vos es siempre intermitente y hoy tengo ganas de pisar firme. Aunque camine por senderos no determinantes, cuya marca se refleje de forma más superficial. Aunque cuando me vaya por esa cuadra mire hacia atrás. Me voy volando a otros planetas, que no por tener corta duración y explotar son poco intensos, en mi mundo interior.

*Julito Cortazar

Listos, preparados, Agosto!

Hoy a las 8.45 de la mañana entré en la ducha y mi cuerpo no reaccionaba. A las 9 tenía que estar en la librería, pero sabiendo que eso no sería evidentemente posible, a mi mente tampoco le interesó reaccionar. Hoy a las 8.45 de la mañana sólo pensaba en escritura. Salí de la ducha, eran las 9. Me puse los pantalones, una musculosa negra y una camperita rayada roja y blanca. Fui a la cocina y tomé un café (quemado) con leche, sin tiempo para untar galletitas de salvado. Únicamente restaba lavarme los dientes y mientras entraba al baño le dije a Lola que tenía que salir de mi cama, que yo me iba. Me miró, como quien no quiere ser desterrado de su hábitat. 9.15 me puse los auriculares, agarré una moneda y me colgué el morral. Ahora Lola me miraba desde el sillón como quie no quiere ser abandonado, con ojos de perro que és. Me fui. Bajé las escaleras y me acordé del entrenamiento del día anterior. Salí a la calle y recordé que me había puesto musculosa. El cielo estaba nublado, pero se que el Sol le tenía ganas.
9.20 llegó el colectivo, en el cual me dediqué a mirar por la ventana y pensar en algunas construcciones del lenguaje que tenía estancadas en la garganta y me tragaba desde mediados del mes. Decidí que tenía que hablar.
9.45 llegué a la librería. Fiché y, casi sorprendida, me di cuenta que Agosto había comenzado. Entonces tal vez simplemente debía terminar de digerir aquellas construcciones del lenguaje, porque había llegado 45 minutos tarde y probablemente ya era tarde también para otras cosas.Callarme, como nuca en mi vida lo hice, por el bien de un mal menor.
A trabajar, he dicho.