jueves, 31 de diciembre de 2009

Mail

¿Qué buscamos cuando vamos tras el amor? ¿Alguien que nos complemente o alguien que se nos parezca? ¿Queremos hallar la felicidad o ansiamos una persona que nos calme primitivas y añejadas penas? A veces es todo esto, otras es una mezcla, y en ocasiones, no buscamos nada más que el vacío. Pero cada tanto ocurre que una ráfaga de viento nos tumba a la vuelta de la esquina y el amor nos encuentra a nosotros antes que siquiera podamos pronunciar un elaboradísimo "te quiero". Y hay que despedirse de la búsqueda, de los prototipos soñados, de tanto ser idealizado. Porque el amor te enfrenta y te dice "vine para quedarme, me odies o me ames". Rebelde el sentimiento, tantas veces fuera de control. El ser humano no quiere estar solo, aunque innumerables veces no soporte estar acompañado. Así és, a veces, somos contradicción en estado puro.

Ruido

Mi amor, no se puede vivir escapando, ya no. Es que estamos grandes y la salvación no se encuentra en aquel escondite favorito, debajo de la cama.
Mi amor, hoy necesito descansar en los senderos de tu pecho, en vez de caminar sin parar entre unas lindas piernas.
Tarde me di cuenta que habías cambiado mi mundo y yo el tuyo. Somos ese tiempo vencido que habita mis labios, paralizados en tu nombre de una mañana sin desayuno.
Algo hace ruido cuando respiro, hondo, profundo, se instaló esta conversión.
Ruido, hasta el día que te vuelva a ver.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Tatuajes en el alma

Recibí este año 2009 lejos del lugar donde escribo actualmente, allá por Ushuaia. Y pienso en el sur que nunca se va a ir, porque siempre voy a volver. Aquella bahía fue el quiebre, y los glaciares alma congelada de sólo pensar.
Volví y todo cambió.
El primer año en la facultad, con tanta ansiedad para encontrar las respuestas que nadie podía darme, para terminar hallando pistas donde menos lo pensaba.
Un grupo de gente me cambió el corazón, que estaba tan anestesiado por esos tatuajes en el alma que no se borran ni con cirugía. Y volví a nacer, a perder lo que tenía que perder, a separarme de ese nombre que no me dejaba crecer, para poder respirar del aire más puro con renovada pasión.
Entonces ahí estaban, un par de amigas que valen más que el petroleo de todo el mundo, con la sorprendente capacidad de levantarme, para no volver a caer como en tiempos pasados. Y comenzó la interminable maratón: entrenamientos, juntadas, fiestas y guitarreadas. Un pseudo motor de la vida, de esos que dan ganas.
Y allí en los rincones que estaban vaciós, siempre ese fiel fantasma. El amor, reclamando su papel protagonista de cada jornada. Obviamente no tardó en llegar, pero esta vez lo hizo con intermitencias. Porque encontré lo que buscaba, pero no pude llevarlo más allá de una noche entre copas. Yo, la que una vez caminó más que decidida entre lagos desconocidos del sur tras un corazón, esta vez no podía llegar ni hasta Coronel Díaz sin esa desquiciada taquicardia acobardada. Y la historia se repitió, una, dos, tres veces.
2009, un año de grandes cambios, y planes a futuro para concretar. Levanto mi copa y la sonrisa no tarda en llegar. Brindo a la salud de todo lo nuevo, de lo que se fue y ya no volverá. Y si algo tiene que regresar, ya comienza un nuevo año abierto a la infinita posibilidad.

¡Salud!

domingo, 22 de noviembre de 2009

Rock cagón

Rock is dead, baby.
Los ascensores anclaron
en el piso equivocado.
Tan delgada la línea,
punto de fuga a toda moral.
Y esta garganta partida,
pidiendo fuego
para arder aún más.
Pero esa combustión
no estaba en tus planes.
Que llueva, rogué.
Que llueva donde tiene que llover.
Arrastrame las heridas
hasta que no las pueda ver,
sentir, ni tocar.
Y el miedo,
¿cuándo lo voy a perder?
Que el ritmo se me va de las manos
y ya tengo que volverte a ver.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Cuerpos vacilados

¿Por culpa de quién,
los cuerpos vacilados?
Despedazados,
errantes,
videntes sin olfato.
La sed verdadera,
y tan desperdiciada.
Bebe del agua que calma,
engaña a tu propio engaño.
Que si es necesario desde la arena,
nacerá aquel cuerpo dorado.
Y un día estarás en plena guerra,
buscando algo amado.
Escarbando en tu propia alma,
huyendo por nada, en vano.
Desgarros y caricias,
es tu propio ser-despedazado.
Tu propio ser-despedazado,
es nadie más que vos,
levantando cada parte,
para ser-reconstrucción.

No vacila.

martes, 3 de noviembre de 2009

Partida al diome

Enciendo la mitad de un cigarrillo que huele a podrido y me pregunto por qué. Pero la verdad es que no me importa la razón, sólo lo prendo y aspiro la bocanada de lo que no fue, y lo que sí.
Será que tantas cosas quedaron en medio del camino, carne viva aplastada por esta rueda que no se frena. Inexplicable afinidad por dar vueltas que no me detiene, no la puedo parar.
Como si estuviera arrojada a la voluntad de los impulsos que me dejan sin pulso y vos que te vas.
O tal vez sea una vibración sobrenatural, el corazón saliéndose por la boca y mi boca vomitando la tentación de enloquecer, cómoda y ciegamente, enloquecer.
Porque todavía no te fuiste. Todavía estás acá.

lunes, 19 de octubre de 2009

Algo

Déjame caer hasta derribarlo todo
internarme en las veredas de la noche
Esta piel vencida en tus recintos
ya bien se supo desnudar
Habitándonos mutuamente
tierras impensadas
Quizás podamos algún día
amanecer de esta eternidad
Por tus aromas escondidos
guerra de olfatos,
matar o morir,
escaparse ya
La verdad partida
La verdad mitad verdad
Pero dejame jurarte
algún día
vamos a volvernos realidad
En-amor-ando y voy
para habitarte una vez más.

sábado, 10 de octubre de 2009

viernes, 25 de septiembre de 2009

100

¡Ay, Santos Lugares! Que con el 101 nunca llego hasta el cartel, pero camino por Rivadavia. Bordeando el cordón de la vereda, como en la vida, al borde del borde. Tanto en la salud, como en la enfermedad, nadie puede jurar que no te abandonará. Bla...sfemias y féminas.
¡Ay, Santos Lugares! Que cada jueves es una despedida, un poco más de tierra sobre el cajón. Aunque presiento que en épocas pasadas jamás nos pensamos ni tan hundidas ni tan mierdas. No me imaginé odiando cada parte de tu cuerpo que amé en versos, ni deseando la abolición de tu libertad para sacudir la tierra.
¡Ay, Santos Lugares! Que en todos lados me duele un poco, que no puedo seguir pensándote ni en broma, es un boleto demasiado caro. Se encienden todas las sirenas y plantan el fuego en mis ojos. Te miro, esperando arder, queriendo que ardas en este infierno, que me vino a visitar una noche primaveral.
¡Ay, Santos Lugares! Si pudiera jurar que te voy a abandonar. Que no te toco, que no te nombro, que no te amo, nunca más.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Ante la falta de inspiración...

Hay días en los que la concentración no nos hace el honor, y tenemos que buscarla en cada hoja de los libros, ganarla con cada suspiro. Porque las letras nos traicionan y comienzan a desdibujarse para pintar un contorno (in)esperado. Fácilmente comenzamos a transitar su camino, con tantos rodeos que no recordamos si es amor o lo inventamos. Pero ya estamos en él, en ella, entre las mentiras y las verdades, pidiendo a gritos que el mundo se pare. Y cerramos el libro.
Es simple, pero no se cómo explicarte que muero de miedo a que las palabras se me escapen de la boca, a perder el control. Porque la mentira, además de ser mentira, se me hace insostenible.
Vos, mi mayor verdad y la más engañosa.
Entonces me paro frente a tu cara, decidida a explotar. Pero no puedo, porque no recuerdo si esto es amor o lo inventé. Y cierro la boca.

jueves, 13 de agosto de 2009

Como un rayo

Tus ojos abiertos tan abiertos, como dos hoyos que me arrastran hacia lo ansiadamente desconocido. Se cierran y me encierran en tus adentro-tinieblas, respiro sobre el vapor y puedo sentir tu cara de exitación en la negra e impenetrable oscuridad. Pero no comprendo si es rechazo o entusiasmo esta urgente necesidad de explotar. Ese momento en el que el deseo se torna tan insoportable, tan desgraciadamente vulgar.

Otra vez, impenetrables, tus ojos cerrados tan cerrados. Y yo exiliada en tal encierro, cubierta de palabras que jamás sentí ni toqué, sabrá quizás tu boca cómo llegaron hasta mí. Sabrán quizás tus labios condenarme, o ya no.

Y en la desesperación te alumbro, tus grandes ojos ciegos van a ver.

lunes, 10 de agosto de 2009

Nuestra primavera

Abrí los ojos, era temprano, más de lo normal. Me impresionó la luz que entraba por la ventana, blanca y brillante. Esa luz estaba viva y yo también.
Desayuné en silencio, rápidamente pero sin apuro, cada trago de leche alimentando mi cuerpo y mi cuerpo al tuyo. (Donde sea que estuvieras).
Salí a patear la calle hasta el colectivo, camino al trabajo. Todo me parecía hermoso, iluminado por aquella mágica luz blanca que cubría al nuevo día. Me enamoré mirando por la ventana y me desenamoré en la esquina siguiente. Así de cambiante es a veces la vida, aunque lleves un nombre oculto bajo la piel.
Al rato ya estaba en el laburo. Y al rato de aquel rato, ya estaba en la vereda de siempre, con dos cuerpos puros de almas diabólicas, que me cantaban la posta y luego me preguntaban, se daban rosca, juntas le dábamos vueltas a la ruleta rusa del sexo y el amor.
Pero siempre hay una vuelta al trabajo y más tarde hay una vuelta a casa. Aunque esta vez era como regresar de un viaje largo, un poco sabio y descontracturado, comprendiendo y no lamentando.
Hoy nos inventamos una primavera en la plena incertidumbre del frío colchón.
Porque sabemos mirarnos a los ojos y reírnos sin razón alguna, reírnos hasta que duela la panza, reírnos hasta hacernos pis, y lo escribo porque somos la verdad que tenemos.
Aunque llevemos un nombre oculto bajo la piel, y hoy te haya buscado bajo la luz blanca, donde sea que estuvieras, nuestra primavera.

miércoles, 22 de julio de 2009

Sur


Aferro mis ojos al paisaje, una parte de mí siempre se queda en él.
Por eso cuando regreso es como volver a mí.
Y también es volver a vos.
La inmensidad se abre paso sobre la superficie y también en las profundidades.
Me parte al medio. Quiebra toda razón.
Es identidad a flor de piel.
Mirar ese paisaje que te abraza, protegiendo y liberando a la vez.
Ahí se encuentran todas mis emociones.
Y me encuentro insignificante, una espectadora más.
Pero no cualquiera puede entenderlo.
Sólo aquellos que cuando lo vemos sabemos que una parte de nosotros cambió para siempre,
y no nos olvidamos nunca más,
no nos vamos, nunca más.

martes, 14 de julio de 2009

¿Y ahora qué?

Sentadas en algún lugar del mundo,
mirándonos a los ojos más verdaderos.
Pronunciando un silencio errante,
descubriendo esas manos desconocidas
que brotaron para tocar el alma de la otra;
una caricia impensada.
Tan impensada como perfecta.
Inexplicable innundación de los sentidos,
desilusión de toda fidelidad.
Abrazando el aire que nos separa hasta ahogarnos en nuestro propio engaño.
Besando la sombra que jamás esperamos reflejar.

¿Y ahora qué?

Si son los ojos
más verdedaros
en nuestro propio engaño.

lunes, 6 de julio de 2009

Mismo cielo

No sé si nuestros ojos brillaban o era la Luna, pero estábamos unidos por el mismo cielo.
Rozándonos la piel, porque no existía en nosotros el miedo a sembrar ilusión.
Podían despedazarnos, tratar de convencernos.
Pero nuestras manos no se soltaban, y con sólo mirarnos, sabíamos que teníamos una razón por la cual volver a nacer, cada día.
Nuestras voces eran de todos aquellos que quisieran gritar con nosotros, en pasado, presente y futuro.
Las lágrimas que otros habían llorado, las pedimos prestadas y lloramos para aprender y sanar, o para aprender que a veces sanar no es posible.
Por eso nos cuidábamos y nos prometimos libertad.
Pasó mucho tiempo y a veces me encuentro caminando perdida, como si me hubieran arrancado la piel, las manos, los ojos. Pero es en ese mismo instante cuando comienzo a recordarme, a reencontrarme.
Sólamente es cuestión de levantar cabeza y ver que la Luna sigue ahí, que todavía estamos bajo el mismo cielo.
La misma lucha, la libertad, que algún día nos volverá a juntar.

miércoles, 1 de julio de 2009

1º Julio 2009

Son del viento estos latidos acelerados.
Mis palabras, huellas de tu boca.
Me encontré en el barro y en el pasto,
entre los pasos de la humanidad,
condenándome de a ratos esa libertad.
Estamos a salvo en la montaña.
Pero a veces prefiero tus brazos
su inseguridad ensordecida,
cayendo como rocío.
No te veo, te siento, acá.
Desde este lugar soy todo lo que te rodea.
Especialmente la Luna,
nunca el Sol,
siempre barro,
huellas de tu boca.

viernes, 26 de junio de 2009

Feliz día

Ella camina ocho cuadras y llega a su casa. Él la espera.
Mientras que transitan el tramo que los lleva desde la puerta de entrada hasta el ascensor, comentan la nueva conformación arquitectónica del pasillo. Ella recién conocía tal disposición, la novedad, pero las paredes y el piso ya habían sido modificados, mucho tiempo atrás.
Entran al departamento. Pasan un rato oyendo obras maestras de la música clásica y otras canciones populares de su infancia. Él graba un disco para ella, con piezas seleccionadas especialmente. Se agradece.
Deciden salir y almorzar, para festejar el día que su relación ameritaba festejar.
Antes de abandonar la vivienda, ella piensa que todo estaba igual, excepto ellos.
Llegan a destino, se sientan para comer. La charla que media la situación, por momentos austera, por momentos cordial, le produce a ella una presión en el pecho que no podría explicar. Una urgente necesidad de llorar, acompañada de la costumbre añeja de no decir demasiado.
Él, de a ratos, se entretiene con su teléfono celular. Una rápida vía de escape, tecnologizar los encuentros cercanos del primer tipo.
Tocan temas de economía, política, las elecciones que se avecinan. En esos casos, todo marcha sobre ruedas. Teorizando ante los sentimientos cercanos del primer vínculo.
El encuentro llega a su fin, se toman algunas fotografías. Sonrisas.
Se despiden en la vereda. Ella le dice "Feliz día, pa", él la abraza.
Toman caminos exactamente opuestos.
Ella camina a su casa, pensando, entre muchas otras cosas, que no le había dicho que lo quería. ¡Y tanto lo quería! Pero, ¿hacía cuánto no lo hacía?
Sigue caminando. Piensa que todo está igual. La vereda, los edificios, los comercios, y ellos también.

martes, 23 de junio de 2009

Error

Sos una línea dibujada en mi mano.
O será tu fantasma que viene a reemplazar este miedo, innombrable.
El temor a tocar tu cuerpo, que a duras penas rodéo con palabras.
Delimitando el deseo equivocado, verbalizando tu silueta.
Nos pasamos los días escribiendo la letra de nuestra canción, una fortaleza de papel, que cuidaré hasta el final.
No dormiré hasta que despiertes, porque no quiero pronunciar tu nombre al cerrar los ojos.
Ese nombre que aparece cuando mi boca se mezcla con otra.
Innombrable.

sábado, 13 de junio de 2009

61 palabras

La revolución era la utopía y el amor el arma. Después la revolución se murió y el amor se convirtió en utopía.

Desparramé mis emociones sobre un tablero de ajedrez y empecé a sentir estratégicamente, a medir cada movimiento.

Pero, un día, un par de ojos te pueden despertar. Romper toda táctica, inclinar el tablero y sacudirte la vida.

Algo cambió.

martes, 2 de junio de 2009

En el espejo

Su corazón se desploma como las brasas de un cigarrillo, cuyo futuro de cenizas es sabido, inevitablemente.
Poco a poco se mimetiza con el suelo, se desvanece en él y siente el peso de la vida que la pasa por encima y no pide perdón.
Pero ella no necesita el perdón de nadie. Ella necestia su propio perdón.
Entonces, desde abajo, aplastada, decide imaginarse frente al espejo. Ese objeto en el cual intentó reflejar sus sentimientos, inútilmente, una y otra vez, porque jamás se los devolvió.
Sus sentimientos, los perdió, no los supo ver.
Ahora mueve los labios, tibiamente, (se) pide perdón, por primera vez.
Levanta un brazo y señala, se señala, se apunta, se pide perdón, otra vez:
Por ser tan cobarde.
Abre los ojos, mira, se mira, se pide perdón:
Por llorar tanto, durante años, por amor, la eterna obsesión.
Mueve una pierna y patea, se patea, se pide perdón:
Por correr, por huír de la felicidad.
Mueve los labios, pero esta vez abre toda la boca, grita, se grita:

NO TE DESPLOMES, NO ESCRIBAS TU FINAL,

la próxima vez no te lo voy a perdonar.

domingo, 31 de mayo de 2009

Sinceramente

Te miré mientras caminábamos
y casi como una dolorosa revelación,
te supe hermosa en tus pasos,
en tu boca de palabras sin amor.

Tu andar seguro, preciso,
casi hiriente para mí,
repleta de inseguridades,
en mi boca de palabras llenas de amor.

Tus ojos agitan mi salto hacia el vacío.

Mis manos te buscan,
en la profundidad.
Anhelan hundirse,
salvarnos, mañana.

Pero limitamos el desliz
al contorno de esa copa.
Mojamos nuestros labios
en la húmeda ebriedad.

Y nada más.

Caminaremos por la vereda.
Le confesaré a tu sombra:
algo persigue tu espalda,
y no lo podés ver.

Mi salto hacia tus ojos,

y nada más.

sábado, 23 de mayo de 2009

Re-ciclando

Especialmente liberarme
Vencer mi eje estabilizador
Aunque sea por un rato
Aunque sea por vos.

Deslizarme a través de los minutos
Al compás de una razón
Persiguiendo nada y todo
Esa soy yo.

Necesito besar la tierra
los árboles, las nubes
Recordar cómo era
escaparme con vos.

La naturaleza de tu cuerpo
La lluvia y su bendición
rodando por tu superficie
Incendiando todo alrededor.

Así que mojame
incendiame, usame
perdoname, recreame
estés donde estés, hoy.

Y mañana huyamos
Como siempre lo hacemos.
Regresemos a dormir
con nuestras objetividades.

Como siempre lo hacemos,
sin nuestro corazón.

jueves, 21 de mayo de 2009

Regreso

¿Te acordás de mí?
¿En qué momento dejaste de tener presente a tu pasado?
¿Fue un día? ¿Fue una noche? ¿Fue durante un beso?
Tenías los ojos verdes, tan verdes que no se notaba.
Y yo me quedé mirando aquel engaño de color.
Me muerdo el labio porque maldecir al pasado sería un insulto hacia este presente.
Pero por momentos lo veo todo en blanco y negro.
De a ratos me voy.
Me voy pateando laberintos dibujados en los pensamientos.
Un boceto de lo que fue.
En esta vida nada es gratis, pero, ¡me regalaste tantas cosas!
La verdad más perfecta, construída cuidadosamente, mentira por mentira.
Y hoy, ¿quién soy?
Soy una mentira.
¡Mentira!
Esa palabra cruelmente anudada, no puede ser real.
De tanto mirarme en el espejo, un día me perdí.
Y la imagen que hoy me devuelve, me expulsa de la fantasía y propone un nuevo encuentro.
Me propone, ¡carajo!, la terrorífica apuesta de volver a amar.
Aunque esta vez, pienso, creo, deseo,
esta vez tiene que ser verdad.

martes, 19 de mayo de 2009

Te enseñará

Espíritu libre, tu sangre viene y va, inquieta.
Te estás buscando, te querés encontrar.
Espíritu libre, tu voz sube, baja, grita y calla.
Canta tu espíritu libre, canta sobre lo que no puede hablar.
Cuesta volar, las alas te tiemblan y el piso ya no está.
El piso ya no está.
Te mirás el ombligo y lo ves crecer.
Ese nudo con mil ramificaciones, no para hasta echar raíces en tu garganta.
Y tu garganta no para hasta escupirlo todo.
El piso ya no está.
Pero hoy no podés aflojar, hoy estoy con vos.
Estamos juntas en este final que comienza con un despertar.
Juntas,
hasta el final.

jueves, 7 de mayo de 2009

Repasando

Cuando la brisa besó tus oídos yo estaba ahí, pero no me escuchaste.
No me viste dibujada en el arco iris del día después y me convertí en el charco que pisaste al salir de tu casa, esa baldosa floja que maldijiste una y otra vez, por manchar tu integridad.
Aún así, tropezaste con mis raíces cuando huíste al bosque y ya no me pudiste arrancar.
Me colgué un corazón, dimos fin a la lógica.
Fuimos una de esas sinceridades que no hace falta pronunciar.
Por eso me ahogué bajo las sábanas, y no lo soporté.
No me soportaba.
Cuando quise que me escuches, la brisa era viento y estaba por todos lados.
Me arranqué un corazón.

Y volé.

martes, 5 de mayo de 2009

Dorado

Cuando acaricio el agua del lago, mi cara se transfigura en pliegues y tengo varias facetas, pero sólo una para vos.
Una sola es para vos, es el sol que trae la ola y nos ilumina mientras nos ahoga.
La tierra me besa la boca, abro los dientes, todo alrededor suspira aliviado.
Las hojas se dan vuelta como señalándome, inspeccionándome, otoño dorado mezclado con esta piel marrón.
La sensación es de atardecer, de anochecer bajo el eterno manto azul en un momento determinado. Jugar por un rato a delimitar lo infinito.
Yo, detenida en un momento de la eternidad y mis ojos las estrellas, alumbrándote.
No tengo recuerdo de la Tierra en movimiento, sólo que cuando te vi, todo se quedó quieto.
Tal vez girábamos, tal vez mañana giremos.
El colchón está listo, pero en el suelo
también.

lunes, 4 de mayo de 2009

Cosquillas

Cierta tensión me recorre desde la garganta hasta el ombligo, me mantiene erguida. Tal vez a punto de quebrar y naufragar, quiero estallar.

La luz se apaga y mis ojos se encienden; intentan avisarte, sin encandilar, que hoy me urgen estas ganas de estallar.

Mis pasos se siguen torpes unos a otros, trazando círculos, vicios propios del entretenimiento.

Quiero estallar. Suspiro y algo me comienza a desarmar.

Voy convertida en un collage de ritmos y colores, desde la superficie hasta la exósfera. Me desprendo de lo superficial, mezclándome con estrellas que brillan más allá de lo normal.

Vamos nena,

vamos a estallar.

jueves, 9 de abril de 2009

(Paréntesis)

Voy a buscar lo (que está) perdido. Vos sabés.
Hasta la pared. (Después de ti)*

Pero alguien se fue de viaje y yo sigo acá.
Quieta, sin hablar. La que no se tragaba una sola palabra.
Atraganda.

Incurriendo en la aberrancia de otorgarte un lugar.
En mis pensamientos, en los huecos que están.
(Vacíos, y nada ni nadie los puede llenar).

En la ironía de los paréntesis.
Nuestro eterno paréntesis, mi amor.
Siempre aclarando

(que nunca supimos amar)


*shak

sábado, 21 de febrero de 2009

Confusión

Los tiempos que transcurren dentro del tiempo, fisuras que nos permiten escapar de este hoy, de aquel ayer, del próximo mañana. A veces se respiran como una brisa de aire fresco por la mañana y en otras ocasiones ahogan y aplastan, hasta que maduran y mueren. (Y uno confía, claro, en que una vez muertos ya no podrán influir)
Nosotros transcurrimos, aún cuando nos sentimos estancados, cuando nos sentimos amarrados a ese viejo y conocido puerto sin poder zarpar a lo desconocido; nosotros transcurrimos hasta el último segundo de tiempo, que será quizá, llegado el momento, un tiempo aparte.
A veces sucede que se mezclan lágrimas del presente y del pasado, la confusión temporal abruma. Hoy fuiste un recuerdo vivo.

jueves, 15 de enero de 2009

Alarma onírica

Se quebró como un trozo de papel, fue al despertarse de un sueño a mitad de la noche. Le dijo a su almohada que aceptaba la derrota, que no se puede luchar contra lo onírico. Apretó su cara bien al fondo del colchón, quiso desaparecer en él, hundirse en aquellas sombras desconocidas. Pero seguía permaneciendo en la superficie de su cama, seguía conciente, reviviendo cada escena de su reciente imaginación somnolienta, ¡era absurdo!
Siente que la canción nunca termina, llega al final del compás y no hay punto final, sino puntos de repetición, otra vez. La pieza más anacrónica de su vida, sin tiempo, a destiempo, eternizada.
¿Hasta cuándo? ¿Eternizada? ¿Qué es eso?
Acaricia su soledad, se autodestruye a través del estancamiento, como si fuera un bote amarrado a un muelle que a duras penas se mantiene erguido sobre la corriente. Pero ella no, ella no tiembla, se mantiene unida, ¿qué digo unida?, quiero decir atada, ella no se suelta de la mano invisible.
Comprende perfectamente todo lo que ocurre y sabe de sus ojos convertidos en vidrio, sabe que se rajan y se desploman, sabe que hay partes de ella que no pueden continuar después de haber visto lo sucedido en el sueño. Las piernas resignan la estabilidad y su joven firmeza, es inútil caminar si al fin y al cabo siempre terminan en el mismo lugar, si el destino lo conocen antes de empezar, como si el mito del eterno retorno dejara algo que pensar.
Ella quiere olvidarse de ella, e intenta ganarle la guerra al maldito verbo poder.
Ella quiere olvidarse de ella, pero sabe que tendría que irse, para no volver.

lunes, 12 de enero de 2009

Volviendo a Bs As

Sopa de amores, bebamos, sin fé. A lo lejos escucho el eco de las hojas de los árboles, se desprenden por el mismo viento que antaño me desterró hacia esta condena tan deliciosa, donde los roces esculpen el alma, la reviven y la matan.
Me pongo a andar con los pies entre las piedras, arena en la boca, muerdo y disfruto de tal inocente soledad. Mas nunca es doloroso el camino hacia el mar, lo que duelen son las promesas que sobre su superficie descansan, muertas ya.
Mar muerto de promesas, sopa de amores, me arrodillo a beber, como un crío la leche materna, como una amante su vanidad, no existe posibilidad de apelar o negar.
Las olas golpean la conciencia, ya no me puedo parar. Entonces me dispongo a descansar en la superficie del mar, por esa promesa que en esta sopa de amores no pudimos respetar. (ni podríamos, jamás).