miércoles, 22 de julio de 2009

Sur


Aferro mis ojos al paisaje, una parte de mí siempre se queda en él.
Por eso cuando regreso es como volver a mí.
Y también es volver a vos.
La inmensidad se abre paso sobre la superficie y también en las profundidades.
Me parte al medio. Quiebra toda razón.
Es identidad a flor de piel.
Mirar ese paisaje que te abraza, protegiendo y liberando a la vez.
Ahí se encuentran todas mis emociones.
Y me encuentro insignificante, una espectadora más.
Pero no cualquiera puede entenderlo.
Sólo aquellos que cuando lo vemos sabemos que una parte de nosotros cambió para siempre,
y no nos olvidamos nunca más,
no nos vamos, nunca más.

martes, 14 de julio de 2009

¿Y ahora qué?

Sentadas en algún lugar del mundo,
mirándonos a los ojos más verdaderos.
Pronunciando un silencio errante,
descubriendo esas manos desconocidas
que brotaron para tocar el alma de la otra;
una caricia impensada.
Tan impensada como perfecta.
Inexplicable innundación de los sentidos,
desilusión de toda fidelidad.
Abrazando el aire que nos separa hasta ahogarnos en nuestro propio engaño.
Besando la sombra que jamás esperamos reflejar.

¿Y ahora qué?

Si son los ojos
más verdedaros
en nuestro propio engaño.

lunes, 6 de julio de 2009

Mismo cielo

No sé si nuestros ojos brillaban o era la Luna, pero estábamos unidos por el mismo cielo.
Rozándonos la piel, porque no existía en nosotros el miedo a sembrar ilusión.
Podían despedazarnos, tratar de convencernos.
Pero nuestras manos no se soltaban, y con sólo mirarnos, sabíamos que teníamos una razón por la cual volver a nacer, cada día.
Nuestras voces eran de todos aquellos que quisieran gritar con nosotros, en pasado, presente y futuro.
Las lágrimas que otros habían llorado, las pedimos prestadas y lloramos para aprender y sanar, o para aprender que a veces sanar no es posible.
Por eso nos cuidábamos y nos prometimos libertad.
Pasó mucho tiempo y a veces me encuentro caminando perdida, como si me hubieran arrancado la piel, las manos, los ojos. Pero es en ese mismo instante cuando comienzo a recordarme, a reencontrarme.
Sólamente es cuestión de levantar cabeza y ver que la Luna sigue ahí, que todavía estamos bajo el mismo cielo.
La misma lucha, la libertad, que algún día nos volverá a juntar.

miércoles, 1 de julio de 2009

1º Julio 2009

Son del viento estos latidos acelerados.
Mis palabras, huellas de tu boca.
Me encontré en el barro y en el pasto,
entre los pasos de la humanidad,
condenándome de a ratos esa libertad.
Estamos a salvo en la montaña.
Pero a veces prefiero tus brazos
su inseguridad ensordecida,
cayendo como rocío.
No te veo, te siento, acá.
Desde este lugar soy todo lo que te rodea.
Especialmente la Luna,
nunca el Sol,
siempre barro,
huellas de tu boca.