jueves, 25 de marzo de 2010

1.020.000 de veces presentes

Y se que con aquel número me quedo corta, porque están presente todos los días. Pero para simplificar cuestiones numéricas, han pasado 34 años desde que 30.000 compañeros ya no están. Yo no existía, a mí me lo contaron, a mí me educaron, me llevaron a marchar. Pero por más marchas que pasen a través de los años, jamás va a cambiar lo que siento cada vez que entro a nuestra plaza levantando la bandera que los lleva inmortalizados. Ese vacío, lleno de conmoción. Ese vacío, plagado de emoción. Ese vacío, que se llena más que nunca. Porque nunca se van a ir, porque nunca se tendrían que haber ido.
Hoy no puedo escribir tanto como lo hice en años anteriores. Tal vez sea el cansancio, o quizás el corazón. O simplemente porque ya entendí que para este caso, sobran las palabras, y no hace falta ni nombrarlas, sino continuar con su lucha. Para que ese vacío se siga llenando, para que haya juicio y castigo, para saber que están presentes, y que nosotros lo estaremos con ellos, siempre una vez más, gritando bien fuerte, presentes, presentes.

jueves, 11 de marzo de 2010

Nosotros, Ellos, Todos

Algunos arman estadísticas con nosotros. ¿Y qué hacemos para esto?. Diría que nos dedicamos a vivir. De todas formas, no me gusta utilizar los "nosotros" que denotan una oposición con algún "ellos". Porque implica hacer el juego que muchos (de ellos, je) desean. Pero a veces me resulta imposible no caer en dichas denominaciones, por ejemplo, para expresar que "ellos" no padecen la pena de muerte en aquellos países en que estar con la persona que uno ama amerita aquella condena, y nosotros sí. Me resulta imposible dejar de notar que "ellos" pueden contraer la unión legal que da lugar a una familia y a toda una serie de derechos individuales, privados, y nostros no. Me resulta imposible frustrarme al enterarme que "ellos", a los ojos del dios de la mayoría (Iglesia mediante), son los únicos capacitados para darle amor a una criatura recién venida al mundo, mientras que nosotros simplemente, no lo somos.
Todo esto me molesta, me indigna, me lastima, me hace mierda. También me molesta la parte de "ellos" que vive en mi propia casa y me impide poder llegar y gritar que estoy triste y quiero llorar porque me gusta una chica que no me da bola, o reírme de felicidad porque me dio un beso esa que hace tanto estoy esperando.
A veces yo también estoy habitada por "ellos". Y no quiero caminar por la calle de la mano, no quiero contárselo a gente importante para mí, por miedo al efecto, por sobre-disminución de la causa. Autoexclusión.
Pero cada día me levanto y siempre lo hago con la convicción de que "nosotros" tenemos razón. Porque ni siquiera pasa por tener razón, sino por tener corazón. Y me río cuando me cruzo con uno de "ellos" que detrás de su exagerado palabrerío discriminatorio esconde esas ganitas de venirse con "nosotros".
Cada día me levanto y siempre lo hago con la convicción de que, algún día, "nosotros" tendremos los mismos derechos que "ellos". Pero para eso, hemos de luchar, porque en este mundo nadie te regala la felicidad.

lunes, 8 de marzo de 2010

111

A veces, debo decir, me dan miedo nuestras diferencias. Pero, te juro, mi amor, más me asustan nuestras coincidencias. Es cuestión de parar un poco el bocho y dar un respiro a tantos suspiros.
Ya no puedo salir corriendo a tu casa a las once de la noche, eso lo tenemos que entender. Porque, por ahora, nada va a escampar.
Hoy es tiempo de acostarme en el diván y entregarme un poco a mi forma de ser. Dejar de inventar ciertas sonrisas, y evitar la cara seria cuando en verdad quiero llenarte de besos. Cortar con las idealizaciones, vivir lo que hay que vivir. Abandonar esa desesperanza, la que no me deja esperar, y me hace des-esperar, echando todo a perder.
Ahora yo tengo tus espectativas en mi cajón, y vos tenés las mías en tu habitación. Ahora, sé que juntos no nos vamos a perder.

domingo, 7 de marzo de 2010

Es lo que yo quiero que haya

Sin lugar a dudas el viento, y tu sonrisa que no es sonrisa-del-todo, sino una mueca de la cual no me arrepiento. También, por qué no, un poco de ternura, dibujada en tus manos inquietas de persona que ya no sabe qué hacer con su tiempo. Es que con vos quiero reciclar un par de canciones.
A lo que me refiero, vamos a resignificar algunas palabras. Amor y aventura, prohibido, mentira. Verdad, juego, vértigo y más vértigo.
Una historia que se pueda creer, sin la necesidad de enloquecer. (esta vez no tanto).
Un eje sin forma de cruz, sino más bien con la forma de la libertad. Hoy por hoy no sabemos cuál es, pero la vamos a encontrar.
Y tu sonrisa que no es sonrisa-del-todo, pero, tarde o temprano, yo la voy a convencer.

lunes, 1 de marzo de 2010

Es lo que hay

Voy a buscarme un amor imposible para sufrir, porque no inspira la felicidad. Voy a hacer que me guste una chica de esas que no gustan de chicas, alguna de las que ya tienen un compañero entre sus sábanas y jamás se preguntan cómo sería con otrA. Después, le pienso robar un beso o dos y pedirle que no se enamore, porque sería demasiado ideal como para poder escribir al respecto.
Encerrarme en el placer de recostarme en la cama a fumar y pensar en problemas sin solución, con una canción de esas que te hacen llorar.
Pero ahora me pregunto cuándo dejaré de esquivar a la vida, cuándo voy a parar de correr sin llegar a ningún lugar, cuándo voy a dejar de sufrir por amores imposibles que por ese hecho no son ningún amor, pero por sobre todas las cosas: cuándo dejaré de ser mi propio imposible.