miércoles, 26 de mayo de 2010

Bicentenario

Somos 200 años egocéntricos que a veces se olvidan de los 500 caminados por los pueblos originarios. También somos la avenida más ancha del mundo que les abre las puertas de la ciudad, para que ellos mismos reclamen todo lo que les fue robado y les pertenece, y los aplaudimos. Somos el granero del mundo, mientras afuera está la guerra, somos parte de esa periferia por momentos indefinida. Somos tierra pa' que vengan los que en sus pagos no pudieron, somos ese puerto al que llegan miles de barcos y sueños, socialistas, anarquistas. Somos una ley de inmigrantes y los asesinos de nuestros indios. Somos federales contra unitarios. Somos los sindicatos que defienden los derechos de los obreros y el general que les da lo que ellos quieren al mismo tiempo que aniquila el fantasma del comunismo. Somos las mujeres que pueden ir a votar. Somos la iglesia que opina sobre lo que le place y bendice las armas, y también los sacerdotes tercermundistas. Somos ese guerrillero loco que mataron en bolivia. Somos la democracia sucesivamente interrumpida, la dictadura más sangrienta y somos 30 mil que ya no vuelven pero siempre van a estar. Somos un estadio lleno gritando gol, mientras que afuera los torturadores y asesinos ponían el partido por la radio para tapar los gritos de dolor. Somos la resistencia ante el horror, mutilados por tantos sueños rotos y un brote de esperanza que vuelve a nacer. Somos la mano de dios. Somos una carpa blanca pidiendo por la educación. Somos las madres, las abuelas y los hijos pidiendo justicia por sus familias hasta el último aliento que de para marchar. Somos una eterna plaza de mayo que a todas las manifestaciones vio pasar. Somos cuatro presidentes en diez días y somos el pueblo en la calle diciendo "estado de sitio nunca más". Somos el tango, el rock y el folklore, somos Cortazar y Borges. Somos las cataratas y las montañas, los glaciares y la seva tucumana, la ciudad y la vereda y la birra en el kiosco de la esquina un viernes perdido en la ciudad.
Somos Argentinos y Latinoamericanos, hasta la victoria siempre, nunca más nos van a parar.

domingo, 16 de mayo de 2010

Crisis

Era temprano para tanta borrachera desquiciada, pero muy tarde para lamentos. A veces me pasa, pierdo el control, repito una y otra vez la misma historieta y al día siguiente ya no sé quién soy. Porque me cuesta tanto, dar amor al momento de la apuesta mayor, se me escapan las palabras y con la mirada puesta en el suelo pienso en la humillación. No quiero causarte más dolor y tenés razón, soy incapaz de otorgar seguridad alguna, con otra persona te va a ir mejor.
Después viene el regreso a mi guarida, con las ideas truncadas y el sabor a culpa colgado del vagón. Entonces caigo muerta y el sueño descansa en vos. Las imágenes oníricas me dicen que puedo cambiar el pasaje para quedarme un día más cerca tuyo y besarte hasta la mañana, que me despierta sin corazón. Es que vuelta en la realidad se que no hace falta tomar ningún micro para verte y que no existe tal separación. Porque estás acá a mi lado y puedo tocarte si quiero, cantarte una canción. Pero nuestro amor viaja a miles de kilómetros y esa distancia no la podemos salvar. Mejor no terminar lo que no empezó, mejor no te vuelvo a besar.

martes, 11 de mayo de 2010

Nudo

Alrededor todo tiene aroma de ausencias varias. Estamos en tu habitación. Vos acostada, reposando, luchando contra fatigas acumuladas de años de trabajo. Yo sentada, a tu lado, conversando sobre temas que son la sombra de los que realmente quisiera. Trivialidades que nos invaden, y todo lo hago para que te sientas bien. Pero me vienen las ganas de vomitar. Mezcla de lágrimas ya saturadas que no pueden salir ante vos, hoy soy esta fortaleza de papel y me regalo a tu merced, con la total certeza de que daría mi vida para no verte sufrir. Pero en un momento el silencio nos invade y vos te quedás en esa mitad de la cama que ocupás, mientras yo me pregunto si será así por cómo lo extrañas. Y mientras clavo la mirada en esa parte vacía de la cama, comienzo a imaginar la conversación que jamás tendremos. Repaso cada frase que te diría, cada explicación, cada temblor de mi voz y cada temor. Al momento de imaginar tu reacción, no puedo. Simplemente no puedo y regreso a la realidad. Te miro, observo tu mirada perdida en algún lugar mientras te pregunto si no querés que haga té o si necesitás algo.
Regreso a la realidad, atada de ese nudo que no se puede desatar.