lunes, 3 de diciembre de 2007

Pseudo-viajes del pensamiento

Todo bien, acá, un poco pensativa.
¿Qué dije?
Hay períodos asombrosos de tiempo (quince minutos, veinte, una hora tal vez si estoy acostada preparada para dormir) en los que no puedo evitar analizar una cuestión atrás de la otra, una situación, su problema, su posible resolución, el siguiente problema; tanto pienso y calculo y planeo e imagino "cómo sería" (con una rapidez que asusta porque pareciera una máquina procesando sensaciones), que cuando finaliza este pseudo viaje por mis pensamientos y sentimientos, no recuerdo nada de lo que pensé y solo me queda la sensación de estar aturdida.
Nada.
Aturdida.
Para figurarlo graficamente, yo creo que habría que proyectar mi cabeza y todas las ideas que salen de ella: se van volando, forman nubes de infinitas formas y allí arriba se quedan, no vuelven; pero de alguna forma, continúan en mí. Su alma central está arraigada.
Entiendo que es momento de impedir que mis pensamientos dolorosos cambien de forma como las nubes y sobrevivan; debería yo en cambio ponerlos frente a mí, como cuando el sujeto aprehende al objeto, lo conoce, para finalmente poder controlarlo.
Entiendo que es El momento.

¿Qué dije?

3 comentarios:

chichi dijo...

cómo haces para olvidarte? a mi me queda todo girando y girando y girando.



yo creo que de tanto pensar y dar vueltas, se llega al efecto soñé-con-una-serpiente-que-se-mordía-la-cola... claro que despues hay que ir al laboratorio y experimentar


que vivan los "qué pasaría si..." antes de dormir

Anónimo dijo...

le lindooo =)

cada vez mas lindo ^^

para cuando tu libro ??

muaa

Anónimo dijo...

justo estoy leyendo y releyendo y releyendo un diálogo de Esperando a Godot que termina en un "¿qué he dicho?". Es buena onda eso. Como solucionar los conflictos con licuado
y cuatro en línea.
También son buena onda las serpienets qus e muerden la cola!