martes, 23 de septiembre de 2008

Elige tu propio freno

Amoxicilina encapsulada sobre mi lengua y así comienza mi martes de hoy, mi hoy de martes; repite la toma cada doce horas.
La primavera se parece más a ella misma. Yo no entiendo si es porque terminó de asumirse o porque se cansaron con el invierno de tener un romance que provoque temperaturas tan adversas en una misma cama y entonces, una noche, decidieron separarse. Algo similar a cuando las personas deciden decirse "chau" porque se hacen bien y se hacen mal. El juego de poner en una balanza números de un lado y palabras del otro, que tarde o temprano deja de funcionar, que nunca funcionó.
Pero, básicamente, la primavera es primavera y el sonido que escucho al levantarme sigue siendo el de los agraciados frenos no aceitados del 92 o del 128, una verdadera sinfonía de motores. Entonces, ¿qué cambia la primavera? Muchas cosas, pero los frenos seguro que no. Ni los frenos de los colectivos ni los frenos de mano que algunas personas te expresan en un colectivo un viernes por la noche.
Y mi guitarra se desnuda en primavera, amoxicilina encapsulada sobre mi lengua.

martes, 16 de septiembre de 2008

El piano muerto

En el living ese piano no deja de llorar, componiendo notas de lágrimas que en tu cara brotarán. Caminás miedosamente, te acercás, como con verguenza pidiendo perdón por abandonar a ese ser tan especial. Y luego de una reverencia, (que ni el aire percibe), tomás valor y sentada lo enfrentás, lo mirás, deseando que tus manos recuerden cómo era hacerlo sonar. Pero tus dedos tiemblan, pues al tocar ese piano al pasado también tocás, te paseás por todas las alturas y las escalas, tantas alteraciones al mirar atrás.
Los bemoles y los sostenidos de tu vida, hicieron que hoy estés donde estás. Paralizada, tratando de recordar esa música, que de tanta felicidad hoy lágrimas hará brotar, por ese silencio que no podés parar de escuchar.

sábado, 13 de septiembre de 2008

De sentimientos muy cuidados

Me pregunto si detrás de tu camisa se desabrocharán alguna vez esos sentimientos tan cuidados.
El horizonte recibe tu mirada y se baña de la nostalgia que contagia tu andar. En un costado yo intento desatar los nudos que van dejando tus palabras, intento que escuches lo que no te digo, que sientas lo que no te puedo explicar.
Quiero encontrarte en cualquier lugar de casualidad para que nos enteremos que existe la causalidad.
Almas hundidas en la penumbra de una pasión que pronto falleció, siguen muriendo día a día por un rayo de amor.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Ojos

Ella no se parece a mí, yo no me parezco a ella. No se si este punto es importante ni se si a ella le importa lo que importe o deje de importar.
Ella se para de forma desinteresada y cuando está acá, no se si no está un poco más allá, escondida bajo el manto de una charla que aparenta interesar.
Tampoco estoy segura si sus manos podrían llevarme a pasear, por superficies desconocidas en las que la respiración se corta al pasar.
Por momomentos la curiosidad me mata y quiero todo eso contestar. Aunque no dependa de mí, aunque ella no se vaya a enterar. Aunque la única forma de averiguarlo sea jugarme la boca y mirarla sin pensar.
Yo no se si me voy a animar, pero cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar*.

* esa frase es de algo que no se qué és, pero és.

martes, 2 de septiembre de 2008

Palabras arrancadas

En este presente a color, a veces, te percibo en blanco y negro. Tiro del hilo del pasado y ante tal asfixia, me pregunto cuándo se cortará toda esta tensión.
Quiero que ese par de ojos nuevos me vuelvan a besar.
Quiero vivir en el presente y no en el país del nunca jamás, que es lo que al final vos siempre me das.