martes, 3 de noviembre de 2009

Partida al diome

Enciendo la mitad de un cigarrillo que huele a podrido y me pregunto por qué. Pero la verdad es que no me importa la razón, sólo lo prendo y aspiro la bocanada de lo que no fue, y lo que sí.
Será que tantas cosas quedaron en medio del camino, carne viva aplastada por esta rueda que no se frena. Inexplicable afinidad por dar vueltas que no me detiene, no la puedo parar.
Como si estuviera arrojada a la voluntad de los impulsos que me dejan sin pulso y vos que te vas.
O tal vez sea una vibración sobrenatural, el corazón saliéndose por la boca y mi boca vomitando la tentación de enloquecer, cómoda y ciegamente, enloquecer.
Porque todavía no te fuiste. Todavía estás acá.

4 comentarios:

Meli dijo...

Odio estar en el medio... esa necesidad impuesta del masomenismo.. bendito el día en que lo visceral sea lo prudente, el término medio de lo permitido...

Anónimo dijo...

nos dejamos atrapar

Anónimo dijo...

(8)

Anónimo dijo...

Si fumara, esas serian mis sensaciones.

Hermoso señora...como siempre.