sábado, 12 de junio de 2010

Está en el aire

Afuera está la lluvia, cuya caída parece desplazarse en cámara lenta, suspenderse en el aire. Disfruté un rato, deteniéndome en mitad de la calle para mirar hacia arriba y sentirla, dejarla entrar, rodar e irse, gota a gota.
Ahora desde adentro ya sólo la contemplo, tiene magia, cierto aspecto de ficción y realidad. Calma y furia, pausa, continuidad.
Pero vos y yo, mi amor, tal vez en otra lluvia.
Te sigo viendo del otro lado de mi ventana, yendo y viniendo, viajando en el viento que siempre te devuelve a mí. Aún así, ambas sabemos, no podría abrir la puerta, dejarte pasar. Porque junto con vos entra la tormenta, se nos innundan los corazones. No tengo bote, ni siquiera para mí.
¿En qué pensábamos el día que salimos bajo la lluvia a jugar? El mejor premio posible siempre iba a ser el tercer lugar.
Y acá estoy, mirando desde adentro, no me puedo mojar.
Y acá estoy, silbándote con el viento, no te puedo dejar entrar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

otra vez te voy a repetir que me encanta como escribís