jueves, 24 de junio de 2010

A través

Conocer el extremo. Y lo que hay después.
No podía quedarme, pero si te dijera ahora por qué me fui, simplemente tendría que volver. Eterno retorno mito, un día se acaba.
Esa noche se acabó. Todavía escucho nuestras voces jugando, desafiando a la verdad. Fue tanto el coraje que tuvimos, tan poco lo que nos pudimos dar. Una Luna brillante que no se quería apagar. Tanto mirar hacia las estrellas, lo único que besamos fue la vereda y de un golpe frío, entumecedor. Tu dolor, jamás tendría que haberlo sentido. No puedo deshacerme de tal desgarro, aún así como estoy, lejos de tu aliento y tu respiración.
Acá el suelo vibra, las formas se salen de su lugar. De a ratos se forma tu sombra, mas nunca creí en los fantasmas. Mis miedos son otros y no son los de antes ni los de mañana. No quiero que estés sola, pero no soy yo a tu lado. Simplemente esa historia no se escribió y mis puños están más cerrados que nunca.
En algunos momentos del día quisiera poder tocarte a la distancia y sentir que no me equivoqué cuando tuve la oportunidad y me negué.
Estoy lejos de todo y a la vez sigo cerca. En realidad estoy caminando en contra del retorno. El viento me empuja, como un envión natural. Pero cuando trae tu voz a través de todos los tiempos, el viento me tumba, y a veces vuelvo, puedo escuchar, nuestras voces jugando y desafiando a la verdad.

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