sábado, 13 de junio de 2009

61 palabras

La revolución era la utopía y el amor el arma. Después la revolución se murió y el amor se convirtió en utopía.

Desparramé mis emociones sobre un tablero de ajedrez y empecé a sentir estratégicamente, a medir cada movimiento.

Pero, un día, un par de ojos te pueden despertar. Romper toda táctica, inclinar el tablero y sacudirte la vida.

Algo cambió.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y me paso.

Beso Marian!