martes, 14 de julio de 2009

¿Y ahora qué?

Sentadas en algún lugar del mundo,
mirándonos a los ojos más verdaderos.
Pronunciando un silencio errante,
descubriendo esas manos desconocidas
que brotaron para tocar el alma de la otra;
una caricia impensada.
Tan impensada como perfecta.
Inexplicable innundación de los sentidos,
desilusión de toda fidelidad.
Abrazando el aire que nos separa hasta ahogarnos en nuestro propio engaño.
Besando la sombra que jamás esperamos reflejar.

¿Y ahora qué?

Si son los ojos
más verdedaros
en nuestro propio engaño.

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