jueves, 13 de agosto de 2009

Como un rayo

Tus ojos abiertos tan abiertos, como dos hoyos que me arrastran hacia lo ansiadamente desconocido. Se cierran y me encierran en tus adentro-tinieblas, respiro sobre el vapor y puedo sentir tu cara de exitación en la negra e impenetrable oscuridad. Pero no comprendo si es rechazo o entusiasmo esta urgente necesidad de explotar. Ese momento en el que el deseo se torna tan insoportable, tan desgraciadamente vulgar.

Otra vez, impenetrables, tus ojos cerrados tan cerrados. Y yo exiliada en tal encierro, cubierta de palabras que jamás sentí ni toqué, sabrá quizás tu boca cómo llegaron hasta mí. Sabrán quizás tus labios condenarme, o ya no.

Y en la desesperación te alumbro, tus grandes ojos ciegos van a ver.

1 comentario:

emilia dijo...

Se me vino de repente el nombre de tu blog a la cabeza y entre rapido para leer.Que lindo que escribis marian(:

besi