Hay días en los que la concentración no nos hace el honor, y tenemos que buscarla en cada hoja de los libros, ganarla con cada suspiro. Porque las letras nos traicionan y comienzan a desdibujarse para pintar un contorno (in)esperado. Fácilmente comenzamos a transitar su camino, con tantos rodeos que no recordamos si es amor o lo inventamos. Pero ya estamos en él, en ella, entre las mentiras y las verdades, pidiendo a gritos que el mundo se pare. Y cerramos el libro.
Es simple, pero no se cómo explicarte que muero de miedo a que las palabras se me escapen de la boca, a perder el control. Porque la mentira, además de ser mentira, se me hace insostenible.
Vos, mi mayor verdad y la más engañosa.
Entonces me paro frente a tu cara, decidida a explotar. Pero no puedo, porque no recuerdo si esto es amor o lo inventé. Y cierro la boca.
4 comentarios:
cuándo será que el mundo se pare y nos animemos a explotar?
Vaya uno a saber
acorralado te mete balas, el amor explota...el amor perro no se controla...
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