martes, 5 de mayo de 2009

Dorado

Cuando acaricio el agua del lago, mi cara se transfigura en pliegues y tengo varias facetas, pero sólo una para vos.
Una sola es para vos, es el sol que trae la ola y nos ilumina mientras nos ahoga.
La tierra me besa la boca, abro los dientes, todo alrededor suspira aliviado.
Las hojas se dan vuelta como señalándome, inspeccionándome, otoño dorado mezclado con esta piel marrón.
La sensación es de atardecer, de anochecer bajo el eterno manto azul en un momento determinado. Jugar por un rato a delimitar lo infinito.
Yo, detenida en un momento de la eternidad y mis ojos las estrellas, alumbrándote.
No tengo recuerdo de la Tierra en movimiento, sólo que cuando te vi, todo se quedó quieto.
Tal vez girábamos, tal vez mañana giremos.
El colchón está listo, pero en el suelo
también.

1 comentario:

Camiluch dijo...

Que bueno que volviste.

beso