jueves, 16 de octubre de 2008

Mente en blanco

Escribo un párrafo, lo leo y después borro todo. Así estoy. Así funciona el ciclo de mi vida diaria.
Borrón y cuenta nueva, dicen.
Pero yo siento que algún lado de mi cuerpo hay un depósito de poesías suprimidas, de palabras silenciadas, de besos que no llegaron, de abrazos que se murieron en un par de manos en los bolsillos.
En ciertos momentos estalla el hartazgo, ciertas fotos conducen al arrepentimiento y hay miradas que reclaman y claman por una pizca de valentía, de esa que escacea en estos días, de esa que vos y yo nunca tuvimos ni tendremos.
Todo el tiempo estoy en la búsqueda de algo que no se ni qué es ni qué forma tiene. Tanto busco que no encuentro nada, que ya no me ilusiono.
Tanto anhelo que ya no siento y me duele el cuello de mirar hacia atrás.
No me surgen palabras inteligentes para decir lo que siento. Porque no siento nada.
Escribo un párrafo, lo leo y después borro todo.
Pero hoy no hay borrón, y las cuentas se asumen, cueste lo que cueste.

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