lunes, 18 de febrero de 2008

मी प्रोपिया अवेंतुरा

Pensar en pretérito imperfecto del modo subjuntivo es una de las cosas más tristes e inútiles que he sabido hacer una y otra vez.
Si no llegamos a destino, fue porque justamente ese no era. Yo qué sé.
Al fin y al cabo somos libres en elegir nuestra propia aventura. Sí, como aquella vieja colección.
(Era mi perdición) Pero no soportaba los finales tristes, y en cuanto percibía que había elegido la senda más dolorosa, retrocedía las páginas y buscaba el camino más fácil.
Pero hoy no puedo retroceder las hojas, ni puedo dar grandes saltos al futuro salteando peleas cantadas y pérdidas inevitables.
(Cada tanto me pregunto si conservarás el libro que te di esa mañana).
(Yo no pude conservar la linterna, bastante tenía ya con tu brillo interrogante que no me dejaba dormir por las noches).
De a poco. Estos procesos suelen ser prolongados y más en mi caso. Por eso tenía miedo.
Pero sólo caigo en las mañanas, cuando despierto, y se me ocurre imaginarme cómo sería despertarme con vos en mi cama.
¿Cómo hubiera sido?
Es inútil, ya lo dije.
Lo estoy aprendiendo.
(Todavía quisiera saber cómo estás)

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