lunes, 24 de noviembre de 2008

Dulce descontrol

Una vez te busqué tras el humo, y ahí estabas, danzando entre las llamas que sólo yo podía ver.
Dos veces te busqué tras el sabor del vicio, y ahí estaba tu boca, ¡grandiosa salvación!
No sabía, dulce descontrol,
serían tan efímeras nuestras pitadas. No lo sabía, ¡dulce descontrol!
El querer no es cuestión de querer querer. No pudiste sentirme, aunque yo te sentí poder.
El sentir no es cuestión de querer poder.
La incertidumbre de dos ojos todo lo puede.
Me puede.
Pero no es asunto mío aquel dulce descontrol.
Tres veces te busqué tras las preguntas, mas nada quedó claro.
¿Qué cable te cortaron por error, que solo cabe el terror en tu mochila adolescente?
¿Qué peso llevás ahí, qué espanto de visión?
No sabía, dulce descontrol,
serían tan efímeras nuestras miradas y el rock and roll.
Cuatro veces te busqué, quería decirte "tengo el auto, vámonos de aquí".
Pero en tu lugar sólo arden las llamas... yo puedo ver.
Quiero decirte,
tengo el auto.
Vámonos de aquí, ¡dulce descontrol!

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