martes, 18 de noviembre de 2008

Ojos de humo

Ojos rojos escupen humo e invitan a fumar de la belleza esculpida que nace en su boca, que es su boca. Las palabras sólo son destellos en medio de la noche, hoy la niebla no se abre con nada y libramos la imaginación al poder de la imaginación. Subimos por ese espiral, sin parar, no tenemos noción de lo alto que podemos llegar ni con qué nos vamos a encontrar, entre la niebla.
Se rajan las gargantas, pero mantener la mirada siempre fue algo que me emocionó.
Somos pasajeros en esta vida pasajera, lo estático nos abruma, aunque sabemos que algo siempre se va a mover. Y al final no se si lo que nos abruma es lo estático, o la espera del movimiento, la tristeza o el miedo a la felicdad que viene.
Tarde o temprano nos vamos a encontrar. Porque los ojos rojos también lloran, gozan, matan, mueren, renacen de sus cenizas, se vuelven a encender y otra vez a subir.
Cuando nos cansemos de morir para poder ser, ahí vamos a empezar a vivir, vamos a ser quienes somos.
Vamos, ojos rojos.

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