¿Y qué pasa si mi vida está en una caja, eh? Una caja que no puede ser abierta, nunca más.
Mi cuerpo, enrrollado en la cama, vigila de reojo la caja y la vida.
Me paro. Veo mi sombra en la pared. Extiendo el brazo.
Agarro la caja y la vida. Me tiro en la cama, otra vez.
La tengo entre mis manos, la abrazo, la aprieto contra mi pecho y cierro los ojos.
Lloro.
Sigo llorando. La situación me angustia pero se que voy a llegar hasta el final.
La habitación se innunda de canciones que forman parte de la caja. Entonces decido sentarme y abrirla.
Siento el contenido, como las palabras de una novela, como el guión de una película, todo estaba ahí. Pero al mismo tiempo no estaba.
Me atrevo a tomar algunos papeles con mis manos y leerlos y es como limpiar con un trapo sucio alguna herida abierta: duele.
Pero se que voy a llegar hasta el final.
Leo una última frase, escrita en un anotador:
"Esto es amor, quien lo probó lo sabe"
Hasta el final.
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