lunes, 9 de junio de 2008

Semiología en carne viva

No se crean que pasé por alto la (obvia) analogía.
No lo crean ni por un segundo, pues yo misma la he mentalizado, la he pronunciado, la he sabido por semiología y también por sentimiento. Yo misma me he preguntado si debo responder al significado o al significante; he tratado de reencausar el recorrido de los besos extraviados a través de la teoría como guía, aunque supiera de la luz clara que proyectaban esos ojos (y sólo esos) al abrirse cada mañana. Pero he tratado, porque sabido es que esa luz clara no siempre responde exactamente a su aspecto positivo de claridad, y enceguece más de lo creído.
Mas sospecho que sos mi enfermedad reincidente. Acto seguido sospecho que no me interesa prevenir(te), y es éste un devenir tan cruel como desayunarse uno que su terapeuta votó a Mauricio, sabiendo que ahí estaremos, firmes en la siguiente sesión.
Ahí estaré.

Acá estoy.
Mirando una foto del lugar desde donde te escribí, desde donde te viví, desde donde te extrañé.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Mirando una foto del lugar desde donde me arrepentí, desde donde crei que hacer lo correcto era lo mejor.
Hoy mi cama esta tan fria como ese lago.
me vuelvo a arrepentir



mil cosa q ya sabes